13 de junio de 2025
PERRO CIEGO: La Pareja y el Arte de Sostener el Deseo

Relaciones Modernas
Segunda Entrega: La Pareja y el Arte de Sostener el Deseo
Por Perro Ciego
Nos enseñaron a buscar pareja como quien busca un objeto perfecto.
Una figura ideal, una voz que calme, una piel que excite, un alma que no incomode.
Y cuando encontramos a alguien que se acerca…
comienza otro viaje más difícil:
sostener el deseo sin perder la libertad.
Amar en la era moderna es un equilibrio frágil
entre la conexión y la independencia,
entre la intensidad y la distancia,
entre el deseo y el respeto,
entre el fuego y la raíz.
La pareja no es un lugar donde se descansa.
Es un espacio donde se crece.
Donde se tropieza con uno mismo en los ojos del otro.
Donde el amor no basta si no hay trabajo,
y el sexo no alcanza si no hay alma.
El deseo como llama sagrada
No hay erotismo real sin presencia.
El deseo no es una chispa accidental:
es un fuego que se alimenta con miradas lentas,
con palabras que tocan antes que las manos,
con gestos que seducen incluso en el cansancio.
Sostener el deseo es un arte de la atención.
De ver al otro como si fuera la primera vez…
y como si pudiera ser la última.
El cuerpo y el alma en la misma cama
En las relaciones modernas, muchos cuerpos se encuentran,
pero pocas almas se abrazan.
Hacer el amor no es solo desnudar la piel,
es despojarse del orgullo, del miedo, de la prisa.
Es entregarse con ternura, con juego, con verdad.
Es ser vulnerables sin vergüenza,
y valientes sin posesión.
Cuando el cuerpo toca sin juicio
y el alma responde sin miedo,
el deseo no muere: se transforma en algo más profundo.
En complicidad. En deleite compartido. En pacto sensual.
La intimidad más allá del sexo
La verdadera intimidad está en lo pequeño:
en cocinar juntos sin hablar,
en llorar sin que el otro quiera arreglarte,
en reír hasta que duela el vientre,
en saber que puedes decir “no” y aún así ser amado.
La pareja moderna no necesita estar siempre de acuerdo.
Necesita aprender a no soltarse cuando las sombras aparecen.
Porque el amor real no es perfecto,
pero es valiente.
Cuando el amor madura, el deseo cambia
Hay días de besos urgentes,
y días de silencio compartido.
Hay noches de pasión,
y mañanas de ternura silenciosa con olor a café.
El arte de sostener el deseo está en aceptar que cambia.
Y en aprender a redescubrirse cada día.
Como cuerpos nuevos.
Como historias que se siguen escribiendo.
Como amantes que eligen… volver a elegirse.
Conclusión
Una pareja no se mide por los años,
sino por la profundidad del vínculo.
Por las veces que se han rescatado del abismo,
y por las veces que se han vuelto a mirar con deseo,
después de todo.
Amar en lo moderno es resistir a la desconexión.
Es atreverse a tocar con conciencia,
a mirar con deseo sincero,
a quedarse sin cadenas.
Porque sostener el deseo…
también es un acto de libertad.

